Isidora Aguirre nació en 1919, hija de un ingeniero y una pintora. Desde muy temprano recibió una educación centrada en las artes y, antes de dedicarse al teatro, trabajó como escritora e ilustradora de libros infantiles, y cursó estudios de trabajo social y de dirección cinematográfica.
La fama cercana a la leyenda alcanzada gracias a su obra La Pérgola de las Flores, comedia musical estrenada en 1960 y que miles de chilenos han visto, opacó en cierta forma sus demás logros.
Sus comienzos en la dramaturgia se remontan a 1952, cuando produjo sus primeras piezas teatrales, comedias ligeras como Carolina y La Dama del Canasto. Con el tiempo, su trabajo evolucionó hacia una obra más profunda y comprometida, que buscaba reflejar y cuestionar la situación social del país, inspirada en los postulados teatrales de Bertolt Brecht. En esta línea de teatro social se inscriben Población Esperanza -coescrita con el novelista Manuel Rojas–; y Los Papeleros, Los que van quedando en el camino y Retablo de Yumbel, todas basadas en hechos reales y escritas a partir de un largo trabajo de investigación.
En una línea documental similar, compuso obras de inspiración histórica y tradicional, como La leyenda de las tres pascualas, Diálogos de fin de Siglo, Manuel –sobre la legendaria figura de Manuel Rodríguez– y ¡Lautaro!, uno de sus más grandes éxitos de taquilla.
Con más de treinta obras estrenadas a lo largo de su vida, fue una de las figuras más sobresalientes del teatro chileno del siglo XX. Desarrolló un proyecto que logró conjugar la popularidad con una profunda preocupación por los temas sociales y una constante indagación en la identidad chilena, reflexionando sobre la actualidad nacional y su pasado histórico. Falleció en Santiago, el 25 de febrero del 2011, a los 91 años de edad.