Inés Echeverría Bello nació en Santiago el 22 de diciembre de 1868, en una de las familias más importantes de la aristocracia de la época, descendientes directos de Andrés Bello.
Su inclinación literaria se inició tempranamente. Ella misma señaló que desde su niñez sintió la necesidad de «guardar la huella de mis días». Sin embargo, publicó su primer libro, Hacia el Oriente, recién a los 37 años, que editó de manera anónima. Después de eso, se dedicó a la escritura bajo el seudónimo de Iri –mensajera de los dioses griegos–, constituyéndose en una voz literaria relevante. En 1910 había publicado otros cuatro libros: Tierra virgen, Perfiles vagos, Emociones teatrales y Hojas caídas.
También cultivó géneros no canónicos: novelas históricas, memorias, diarios íntimos, diarios de viajes y libros de crónicas. Además, un considerable número de artículos sobre temas diversos (literatura, teatro, costumbres, arte y sociedad), principalmente en Zig-Zag, Familia, La Revista Azul, La Silueta, Pacífico Magazine y en los diarios El Mercurio y La Nación, donde escribió desde su fundación en 1917. Esta producción le valió acceder como primera mujer al título de «Miembro Académico» de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile el año 1922.
En la década de 1930 comenzó su proyecto narrativo más ambicioso, Alborada, que apareció en tres series que sumaron seis libros, publicados entre los años 1930 y 1946.
Desde su posición social e intelectual, intentó reivindicar los derechos de las mujeres, publicando artículos, dictando numerosas conferencias y formando sociedades para el mejoramiento de la enseñanza, el fomento de la lectura y la emancipación femenina.